Efectúe siempre respiraciones
naturales, espontáneas, y preferiblemente por la nariz. No hay que cambiar
intencionadamente el ritmo respiratorio. Son técnicas meditacionales que se
sirven del proceso de la respiración, pero en absoluto ejercicios respiratorios.
a) Meditación sobre la
respiración contando
• Enfoque la mente en la
respiración. Permanezca muy atento a la inhalación y la exhalación. Al inhalar,
cuente mentalmente 1; al exhalar, 2; al inhalar, 3; al exhalar, 4, y así
sucesivamente hasta 10. Al llegar a 10 recomience la cuenta por 1. Puede
realizar este ejercicio quince o veinte minutos.
• Enfoque la mente en la
respiración y tome lúcida conciencia de la inhalación y la exhalación. Cuente
solamente las exhalaciones, poniéndoles mentalmente el número correspondiente
del 1 al 10. Se toma el aire con toda atención y al exhalar, 1; se toma de
nuevo y al exhalar, 2, y así sucesivamente hasta 10. Al llegar a 10 recomience
por 1. Efectúe el ejercicio de diez a quince minutos o más.
• Enfoque la mente sobre la
respiración. Al inhalar, cuente 1, al igual que al exhalar. Inhale de nuevo y
cuente 2, al igual que al exhalar, y así sucesivamente, aplicando el mismo
número a la inhalación y a la exhalación hasta 5. Al llegar a 5, recomience la
cuenta por 1 hasta 6. Al llegar a 6, recomience por 1 hasta 7. Al llegar a 7,
recomience por 1 hasta 8; al llegar a 8, recomience por 1 hasta 9, y al llegar
a 9 recomience por 1 hasta 10. Al contar hasta 10 inhalaciones y exhalaciones,
se recomienza contando hasta 5 y así sucesivamente.
Puede realizarse este
ejercicio de cinco a quince minutos.
b) Meditación de pura
perceptividad sobre la respiración
Las técnicas meditacionales
sobre la respiración incluidas en este apartado exigen pura y simple
perceptividad, evitando en lo posible ideaciones, reflexiones o análisis. Se
trata de registrar, evitando conceptos y distracciones. Estas técnicas no sólo
concentran la mente, sino que la purifican, cultivan la atención mental
directa, sedan el sistema nervioso y tranquilizan el sistema emocional. Son
todas ellas realmente excepcionales para recobrar le mente armónica.
• Inhalando y exhalando con
toda naturalidad por la nariz, fije la mente en el proceso respiratorio y tome
lúcida conciencia de la inhalación. Al exhalar, asocie que va soltando el aire
con irse soltando y aflojando física y mentalmente, hasta sentir que se
expande y se funde con el espacio total. Aunque la inhalación es importante,
se acentúa la atención sobre la exhalación y se aprovecha ésta para cultivar
una sensación de soltarse, aflojarse y expandirse. Es un fabuloso ejercicio
para desbloquearse, evitar crispaciones y obtener una óptima relación física y
mental. Tiempo: de diez minutos a media hora.
• Enfoque la mente sobre la
respiración. Al inhalar tome lúcida conciencia de que está inhalando, y al
exhalar, lúcida conciencia de que está exhalando. Se trata, pues, de registrar
muy conscientemente cuándo se está inhalando y cuándo se está exhalando. Si lo
necesita, porque su mente es muy dispersa, puede servirse de la fórmula mental:
«Yo inhalo», al hacerlo, y: «Yo exhalo», al hacerlo. Tiempo: De diez a quince
minutos.
• Perciba lúcidamente el
proceso respiratorio siguiendo su curso. Entre mentalmente acompañando la
inhalación y salga mentalmente acompañando la exhalación. Acentúe al máximo su
atención sobre el instante en el que la inhalación engancha o se funde con la
exhalación y la exhalación lo hace con la inhalación. Trate de percibir esa
fracción de segundo en la que la inhalación da paso a la exhalación y la
exhalación a la inhalación. No analice, no reflexione, sólo perciba
lúcidamente. Efectúe el ejercicio de quince a veinte minutos.
• Acople la mente a la
respiración y fije una base o centro de conciencia en lo profundo de usted
mismo, justo allí donde llega la inhalación y de donde parte la exhalación. Ese
será su puesto de observación. Tome ese lugar como su sede para atestiguar.
Observe cómo la inhalación viene hacia usted y cómo la exhalación parte de
usted, igual que la persona que está en una playa y contempla cómo la ola viene
y parte. Manténgase atento e inafectado; mero testigo de la respiración que
viene con la inhalación y parte con la exhalación. Realice el ejercicio quince
minutos.
• Enfoque la mente sobre la
respiración. Perciba muy atentamente la respiración. Trate ahora de sentir el
factor que percibe, la energía de la percepción, el elemento perceptor, sin
dejar de percibir la respiración. Realice el ejercicio diez minutos.
• Tome conciencia del proceso
respiratorio. Trate de estar muy atento y percibir el comienzo, el medio y el
final de cada inhalación, y el comienzo, el medio y el final de cada
exhalación. Proceda con mucha perceptividad, ecuánime, detectando el comienzo
medio final de cada inhalación y de cada exhalación. Puede efectuar el
ejercicio de diez a quince minutos.
• Respire con naturalidad y
tome lúcida conciencia de la respiración. Permanezca atento a todos los
pormenores de la respiración: si es leve o más intensa, corta o larga, cuándo
es inhalación y cuándo exhalación, cualquier modificación que se produzca.
Concéntrese así alrededor de diez minutos.
• Respire con toda naturalidad
y fije la mente alrededor de los orificios nasales, en las aletas de la nariz.
No deje que la mente se aparte del área indicada. Enfóquese sobre la sensación
táctil o leve roce del aire de la respiración, allí donde se produzca, y
perciba esa sensación tanto como pueda, evitando reflexiones, o ideaciones.
Afine más y más la sensación, absorbiendo toda la mente en ella. Puede efectuar
este ejercicio de veinte a treinta minutos, o más.
Puede trabajar
meditacionalmente con las técnicas más apropiadas para usted. Cuando uno
descubre qué técnicas se avienen mejor con la propia naturaleza, se puede
trabajar a fondo con ellas, pues no es necesario manejar todas las técnicas que
exponemos para que el lector conozca el gran arsenal de métodos meditacionales
con los que se ha contado a lo largo de los siglos para recobrar la mente pura
y desencadenar la visión supraconsciente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario