martes, 7 de febrero de 2017

Técnicas de meditación sobre la respiración

Efectúe siempre respiraciones naturales, espontáneas, y preferible­mente por la nariz. No hay que cambiar intencionadamente el rit­mo respiratorio. Son técnicas meditacionales que se sirven del proceso de la respiración, pero en absoluto ejercicios respiratorios.
a) Meditación sobre la respiración contando
• Enfoque la mente en la respiración. Permanezca muy atento a la inhalación y la exhalación. Al inhalar, cuente mentalmente 1; al exhalar, 2; al inhalar, 3; al exhalar, 4, y así sucesivamente hasta 10. Al llegar a 10 recomience la cuenta por 1. Puede realizar este ejercicio quince o veinte minutos.
• Enfoque la mente en la respiración y tome lúcida conciencia de la inhalación y la exhalación. Cuente solamente las exhalaciones, poniéndoles mentalmente el número correspondiente del 1 al 10. Se toma el aire con toda atención y al exhalar, 1; se toma de nuevo y al exhalar, 2, y así sucesivamente hasta 10. Al llegar a 10 recomience por 1. Efectúe el ejercicio de diez a quince minutos o más.
• Enfoque la mente sobre la respiración. Al inhalar, cuente 1, al igual que al exhalar. Inhale de nuevo y cuente 2, al igual que al exhalar, y así sucesivamente, aplicando el mismo número a la inhalación y a la exhalación hasta 5. Al llegar a 5, recomience la cuenta por 1 hasta 6. Al llegar a 6, recomience por 1 hasta 7. Al llegar a 7, recomience por 1 hasta 8; al llegar a 8, recomience por 1 hasta 9, y al llegar a 9 recomience por 1 hasta 10. Al contar hasta 10 inhalaciones y exhalaciones, se recomienza contando hasta 5 y así sucesivamente.
Puede realizarse este ejercicio de cinco a quince minutos.
b) Meditación de pura perceptividad sobre la respiración
Las técnicas meditacionales sobre la respiración incluidas en este apartado exigen pura y simple perceptividad, evitando en lo posi­ble ideaciones, reflexiones o análisis. Se trata de registrar, evitando conceptos y distracciones. Estas técnicas no sólo concentran la men­te, sino que la purifican, cultivan la atención mental directa, sedan el sistema nervioso y tranquilizan el sistema emocional. Son todas ellas realmente excepcionales para recobrar le mente armónica.
• Inhalando y exhalando con toda naturalidad por la nariz, fije la mente en el proceso respiratorio y tome lúcida conciencia de la inhalación. Al exhalar, asocie que va soltando el aire con irse sol­tando y aflojando física y mentalmente, hasta sentir que se expande y se funde con el espacio total. Aunque la inhalación es importan­te, se acentúa la atención sobre la exhalación y se aprovecha ésta para cultivar una sensación de soltarse, aflojarse y expandirse. Es un fabuloso ejercicio para desbloquearse, evitar crispaciones y obtener una óptima relación física y mental. Tiempo: de diez minutos a media hora.
• Enfoque la mente sobre la respiración. Al inhalar tome lúcida conciencia de que está inhalando, y al exhalar, lúcida conciencia de que está exhalando. Se trata, pues, de registrar muy consciente­mente cuándo se está inhalando y cuándo se está exhalando. Si lo necesita, porque su mente es muy dispersa, puede servirse de la fórmula mental: «Yo inhalo», al hacerlo, y: «Yo exhalo», al hacerlo. Tiempo: De diez a quince minutos.
• Perciba lúcidamente el proceso respiratorio siguiendo su cur­so. Entre mentalmente acompañando la inhalación y salga mental­mente acompañando la exhalación. Acentúe al máximo su atención sobre el instante en el que la inhalación engancha o se funde con la exhalación y la exhalación lo hace con la inhalación. Trate de percibir esa fracción de segundo en la que la inhalación da paso a la exhalación y la exhalación a la inhalación. No analice, no refle­xione, sólo perciba lúcidamente. Efectúe el ejercicio de quince a veinte minutos.
• Acople la mente a la respiración y fije una base o centro de conciencia en lo profundo de usted mismo, justo allí donde llega la inhalación y de donde parte la exhalación. Ese será su puesto de observación. Tome ese lugar como su sede para atestiguar. Observe cómo la inhalación viene hacia usted y cómo la exhalación parte de usted, igual que la persona que está en una playa y contempla cómo la ola viene y parte. Manténgase atento e inafectado; mero testigo de la respiración que viene con la inhalación y parte con la exhalación. Realice el ejercicio quince minutos.
• Enfoque la mente sobre la respiración. Perciba muy atenta­mente la respiración. Trate ahora de sentir el factor que percibe, la energía de la percepción, el elemento perceptor, sin dejar de per­cibir la respiración. Realice el ejercicio diez minutos.
• Tome conciencia del proceso respiratorio. Trate de estar muy atento y percibir el comienzo, el medio y el final de cada inhala­ción, y el comienzo, el medio y el final de cada exhalación. Proceda con mucha perceptividad, ecuánime, detectando el comienzo medio final de cada inhalación y de cada exhalación. Puede efectuar el ejercicio de diez a quince minutos.
• Respire con naturalidad y tome lúcida conciencia de la respi­ración. Permanezca atento a todos los pormenores de la respiración: si es leve o más intensa, corta o larga, cuándo es inhalación y cuán­do exhalación, cualquier modificación que se produzca. Concéntre­se así alrededor de diez minutos.
• Respire con toda naturalidad y fije la mente alrededor de los orificios nasales, en las aletas de la nariz. No deje que la mente se aparte del área indicada. Enfóquese sobre la sensación táctil o leve roce del aire de la respiración, allí donde se produzca, y perciba esa sensación tanto como pueda, evitando reflexiones, o ideaciones. Afine más y más la sensación, absorbiendo toda la mente en ella. Puede efectuar este ejercicio de veinte a treinta minutos, o más.

Puede trabajar meditacionalmente con las técnicas más apropia­das para usted. Cuando uno descubre qué técnicas se avienen mejor con la propia naturaleza, se puede trabajar a fondo con ellas, pues no es necesario manejar todas las técnicas que exponemos para que el lector conozca el gran arsenal de métodos meditacionales con los que se ha contado a lo largo de los siglos para recobrar la mente pura y desencadenar la visión supraconsciente.

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