Tu
vida tiene un objetivo y un deber que cumplir. Cuando uno sabe con claridad que
objetivos desea alcanzar en el curso de su vida, ya sea material, emocional,
físico o espiritual, al final encuentra la alegría eterna. Pero has de saber
cuál es el propósito de tu vida y pasar esa visión al campo de la realidad
mediante la acción consecuente.
También conocido como “dharma” el propósito de
la vida. Del dharma salen la armonía interior y la satisfacción duradera. El
dharma se basa en el antiguo principio según el cual cada uno de nosotros tiene
una misión heroica aquí en la Tierra.
A todos se nos ha concedido una serie
única de dones y talentos que nos permitirán realizar nuestra tarea terrenal.
La clave está en descubrirlos y, de paso, descubrir cuál es el objetivo
prioritario.
También puede parecer que estás obligado a correr riesgos para
descubrir que se te da mejor y cuál es la esencia de tu vida. Muchas personas
dejan empleos que han estado impidiendo su progreso en cuanto descubren el
verdadero objeto de su existencia. Todo auto-examen entraña un peligro.
Pero no
existe riesgo alguno en descubrirse a sí mismo y la misión uno tiene en la
vida. El autoconocimiento es el ADN del auto-esclarecimiento. Es algo muy bueno
y, desde luego, esencial.
“El secreto del éxito es la constancia
en los propósitos”
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