La
mayoría de la gente no se conoce. No se han tomado el tiempo de analizar sus
flaquezas y sus puntos fuertes, sus esperanzas y sus sueños. Según lo chinos
son tres espejos que forman la imagen de una persona: el primero es como se ve uno
mismo, el segundo como te ven los otros, y el tercero refleja la verdad.
Conócete a ti mismo. Conoce la verdad.
Anota
tus objetivos, materiales, financieros, sociales y los más importantes
espirituales. Incluye imágenes de las cosas que deseas, imágenes de personas
que hayan cultivado los talentos, de alguien que represente ese ideal. Busca
imágenes inspiradoras y úsalas.
Revisa tus sueños cada día, aunque sea solo
unos minutos. Te sorprenderán los resultados. Una vez te formas una imagen
mental del resultado, creas un poco de presión positiva, fijas un plazo y pasas
tu compromiso al papel, el siguiente paso es aplicar “la regla mágica del
21” para que un comportamiento nuevo
cristalice en hábito, hay que realizar esa nueva actividad durante 21 días seguidos.
Ayuda
a dominar el arte de crear nuevos y más gratificantes hábitos de conducta. Pues
el mal hábito una vez adquirido es imposible de borrar, pero si pueden ser
sustituidos por otros hábitos.
La manera de asentar un nuevo hábito es emplear
tal energía en ello que el viejo hábito se retire por sí mismo como si fuera un
huésped indeseable. Este proceso se completa generalmente en 21 días, el tiempo
necesario para crear un nuevo camino neuronal.
Cada
estrategia, herramienta o técnica ha sido probada durante siglos para
contrastar su efectividad. Nunca hagas nada porque tienes que hacerlo. La única
razón para hacer algo es por qué quieres y porque sabes que es lo más correcto
que puedes hacer.
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