Las
técnicas o rituales realízalos cada día y en el mismo lugar. Todo ritual tiene
un poder tremendo. Cuando introduces una actividad en tu rutina diaria
haciéndola de la misma manera y a la misma hora cada día, esa actividad se
convierte rápidamente en un hábito.
Por
ejemplo, la mayoría de la gente hace lo mismo cuando se despierta, sin
pensarlo: abrir los ojos, bajar de la cama, ir al baño y cepillarse los
dientes. Por lo tanto, dedicarte durante 21 días al mismo objetivo y realizar
esa misma actividad a la misma hora hará que se convierta en un hábito. En poco
tiempo conseguirás ese nuevo hábito, sea la meditación, levantarte más temprano
o leer una hora al día, con la misma facilidad con que te cepillas los dientes.
Debes
disfrutar del proceso. Un día sin risa o un día sin amor es un día sin vida.
Pásala bien mientras avanzas por el camino de tus objetivos. Nunca olvides la
importancia de vivir con júbilo desbordante.
Nunca descuides la exquisita
belleza que hay en todas las cosas vivas. Hoy, y este momento que compartimos
es un regalo. No pierdas el ánimo, la alegría ni la curiosidad. Concéntrate en
tu propósito y en servir desinteresadamente al prójimo. El universo se ocupará
de todo lo demás. Es una de las leyes más genuinas de la naturaleza.
No
lamentes lo que haya ocurrido en el pasado. No existe el caos en el Universo.
Todo tiene su razón de ser, todo lo que te haya pasado o haya de pasarte. Cada
experiencia conlleva una lección que aprender. Así que no insistas en lo
secundario. Disfruta de la vida.
Un
ardiente sentido de la pasión es lo que mejor puede propulsar tus sueños. En
nuestra sociedad hemos perdido la pasión. No hacemos las cosas porque nos guste
hacerlas. Es la clave de la desdicha. Y no estoy hablando de la pasión
romántica, aunque este es otro de los ingredientes para una existencia
inspirada. Estoy hablando de una pasión por la vida.
Reclama la alegría de
despertar cada mañana lleno de energía y júbilo. Insufla el fuego de la pasión
a todo aquello que hagas, pronto cosecharás recompensas tanto materiales como
espirituales.
Toma
el control sobre tu vida. Decídete, de una vez por todas, a ser el dueño de tu
destino. Corre tu propia carrera. Descubre tu vocación y empezarás a
experimentar el éxtasis de una vida inspirada. Por último recuerda lo que está
detrás y lo que está delante de ti no es nada comparado con lo que está dentro
de ti.