Desde el momento en que tomamos conciencia del mundo que nos rodea, nos preguntamos cuál es nuestro lugar en él. Estas preguntas son perennes: ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es mi sitio en el Universo?, ¿cuál es mi destino? De niños, imaginamos el futuro como una hoja en blanco en la que podemos escribir nuestra historia.
Las posibilidades son infinitas y nos sentimos llenos de energía por la promesa del descubrimiento y el placer de vivir inmersos en tanto potencial. Sin embargo, conforme crecemos, «comprendemos» nuestras limitaciones y nuestra visión del futuro se constriñe.
Lo que una vez elevó la imaginación, ahora es un lastre de temor y ansiedad; lo que una vez pareció ilimitado, se vuelve estrecho y nebuloso.
Existe una forma de recuperar la vertiginosa dicha del potencial inagotable. Todo lo que se
necesita es comprender la verdadera naturaleza de la realidad, la disposición para aceptar la interrelación e indivisibilidad de todas las cosas.
Después, con la ayuda de técnicas específicas, comprobarás cómo el mundo se abre para ti, y la buena suerte y las oportunidades, que de vez en cuando surgían, ocurrirán con más y más frecuencia. ¿Qué tan poderoso es el sincrodestino?
Imagina que estás en un cuarto totalmente a oscuras y que tienes una linterna en la mano. Enciendes la linterna y ves que hay una hermosa pintura que cuelga de la pared. Tal vez pienses: «Es una obra de arte maravillosa, pero ¿es todo lo que hay?» En ese momento, el cuarto se ilumina desde arriba.
Miras a tu alrededor y descubres que estás en un museo de arte, rodeado por cientos de pinturas, cada una más hermosa que la anterior. Conforme estas posibilidades se revelan, te das cuenta de que tienes una cantidad colosal de obras de arte que puedes estudiar y amar.
Dejas de estar limitado a ver sólo una pintura iluminada por la débil luz de una linterna. Ésta es la promesa del sincrodestino. Éste enciende las luces; nos da la capacidad de tomar decisiones auténticas, en vez de ir por la vida adivinando ciegamente; nos permite ver significado en el mundo, comprender la conexión o sincronicidad de todas las cosas, elegir la clase de vida que queremos vivir y cumplir nuestro destino espiritual.
El sincrodestino permite transformar nuestras vidas de acuerdo con lo que queremos. El primer paso para vivir de este modo consiste en entender la naturaleza de los tres niveles de existencia.
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