jueves, 11 de junio de 2015

DIOS ES

«El Padre nunca te ha juzgado, ni en éste ni en ningún otro momento que hayas vivido. Él ha sido tú y la plataforma de vida sobre la cual has expresado tu propio Yo, divino y con un propósito. Él te ha dado la singularidad de tu propio ego y la voluntad libre para convertirte en cualquier cosa que desees, para percibir la fuerza que él es, de cualquier manera que escojas percibirla."

Mis amados hermanos, a muchos de vosotros se os ha enseñado durante eras que la esencia llamada Dios es un personaje sombrío, atemorizante, enfadado y sentencioso. Pero Dios no es ninguna de estas cosas. El Dios que sermonea, que juzga, que persigue, nunca ha existido excepto en los corazones y las mentes de los hombres. Fue el hombre el que creó a un Dios que juzga a unos y exalta a otros. Ese es un Dios del hombre; fue creado por el hombre y su voluntad.


El Dios que yo conozco y que amo, que es el poder que emana de mí y el reino que yo soy, es un Dios de amor completo y sin enjuiciamientos. No es nada más, sino todo lo demás. Dios te ama con un amor mucho mayor del que alguna vez hayas comprendido; pues él es la vida que tú eres, la tierra que pisas y el aire que respiras. Es el color de tu piel, la magnificencia de tus ojos, la suavidad de tu tacto. Eres tú en cada momento que eres, en cada Pensamiento que piensas, en cada una de tus acciones, incluso en las sombras de tu alma.


Dios es una fuerza que lo consume todo, que es todo. Es el viento sobre el agua, el cambio de las hojas, la simplicidad de una rosa, profunda en su color y matiz. Dios es los amantes en su abrazo, los niños en su risa y el brillo del cabello color miel. Es el sol que sale en la mañana, la estrella parpadeando en la noche y la luna creciendo y menguando en el cielo de medianoche. 

Dios es el hermoso insecto, el humilde pájaro en su vuelo, el feo y vil gusano. Dios es movimiento y color, sonido y luz. Dios es pasión, es amor, es alegría. Dios es tristeza. Aquello que existe, todo lo que es, es lo que tú llamas Dios, el Padre, la totalidad de la vida y el amante de todo lo que existe. Dios no es un personaje singular que se sienta sobre un trono y juzga a la totalidad de la vida. Dios es la totalidad de la vida, cada momento palpitante. Es la continuidad y eternidad de todo lo que existe.


¿Crees acaso que la vida te ha juzgado? En absoluto. Porque si Dios —-que es lo que tú eres—te juzgara estaría ciertamente juzgándose a sí mismo. ¿Y por qué la inteligencia suprema haría una cosa así?

La fuerza vital que llamas el Padre, ni siquiera tiene la capacidad de juzgarte, ni a ti ni a ninguna otra cosa. Porque la vida no posee una personalidad con un ego que se pueda dividir a sí mismo en facetas de bueno o malo, correcto o incorrecto, perfecto o imperfecto. Si Dios poseyera un ego, también tendría la capacidad de percibir la alteración dentro de sí mismo. Y si Dios pudiera contemplar la alteración dentro de su ser siquiera por un momento, la vida que él es cesaría en el próximo instante y nunca sería otra vez.


Dios en sí mismo, carece totalmente de bondad o maldad, de positivo o negativo. Dios no es perfecto, porque la perfección es una limitación a la vida continua, siempre cambiante y exuberante. Dios simplemente es. Lo único que tu amado Padre sabe hacer es ser, para que todas las cosas —q son él— puedan expresar la vida que él es.


Dios es la esencia ilimitada y suprema del ser, una totalidad indivisa d Ser. Y ese Ser1 te ama tan inmensamente que te ha permitido crear tus ilusiones de perfección e imperfección, de bondad y maldad, de positivo y negativo. Y a través de tu percepción se ha convertido en lo que tú has percibido. Y así Dios, siendo la totalidad de todo lo que es, es lo incorrecto al mismo tiempo que lo correcto, es la fealdad al mismo tiempo que la belleza, y la vileza al mismo tiempo que la divinidad.

El Padre nunca te ha juzgado, ni en éste ni en ningún otro momento que hayas vivido. Él ha sido tú y la plataforma de vida sobre la cual has expresado tu propio Yo, divino y con un propósito. Él te ha dado la singularidad de tu propio ego y la voluntad libre2 para convertirte en cualquier cosa que desees, para percibir la fuerza que él es, de cualquier manera que escojas percibirla. Y nada que hayas hecho o que hayas pensado, no importa lo vil, lo malvado o lo maravilloso que haya sido, ha sido visto por Dios como algo diferente a ser.

Este Dios que conozco te ama con un amor más grande y más profundo que el que nunca hayas concebido, porque te ha permitido crear tu vida de cualquier manera que hayas deseado. El Padre siempre te ha amado. Él no conoce otra manera de percibirte, porque él es lo que tú eres.

El Padre no ve el error, sólo se ve a sí mismo. El Padre no ve el fracaso, sólo su Ser siempre continuo y eterno. Tú eres quien crea el florecimiento de la vida, incluso su vileza, y el Padre se convertirá en el florecimiento y en la vileza, y nunca juzgará entre ambos cuál es más grande y cuál menos; él simplemente es. Él es el Ser que te permite expresarte a través de él mismo de cualquier manera que elijas. Y es bueno que sea así, porque si él realmente fuera este Dios que ha creado el hombre, ninguno de vosotros vería jamás lo que llamáis «las puertas del cielo». Ninguno. Porque nadie podría alcanzar las expectativas de este Dios creado por el hombre.

Sólo tú, a través de tus propias actitudes, y al aceptar las actitudes de otros, te has juzgado a ti mismo. Sólo tú te has causado el sentimiento del fracaso. Con la capacidad de crear a través de tu Padre cualquier verdad y realidad que desees, tú eres el único juez de tu propia vida. Sólo tú has determinado lo que es bueno y lo que es malo, lo que es correcto e incorrecto. Pero en la esencia del Ser llamada vida, no existe ninguna de estas cosas. Cada cosa simplemente es una parte del Ser llamado Dios Todopoderoso. Tu juicio es sólo una ilusión que has creado sobre este plano de realidades creativas.


En tu pensamiento limitado has pensado que algunas cosas son incorrectas,que son malvadas. Pero esa ha sido tu selección de la verdad,y el Padre te ha permitido hacerlo.Su verdad se llama Ser. Dios te ama sin importar lo que hagas, ya que cada cosa que haces o piensas realza la vida que él es a través de la sabiduría que tú obtienes de ella.Dios sabe que eres eterno y que nada de lo que hagas puede arrebatarte tu fuerza vital.

Así que cuando dejes este plano y reflexiones sobre todas las cosas que has hecho en tu vida —y lo harás— Dios todavía estará ahí, amándote en todos tus mañanas, porque él es la plataforma sobre la cual creas tus ilusiones, tu imaginación y tus sueños. Ahora, ¿qué es Dios en su forma más exaltada? Pensamiento. El Padre, la plataforma desde la cual creas tu vida, la sustancia y fuerza vital de todas las cosas es, en un entendimiento superior, pensamiento. Porque el pensamiento es el máximo creador de todas las cosas que hay, habidas y por haber.

El pensamiento es la sustancia desde la cual se crean todas las cosas. Todo cuanto existe, ha partido primero del pensamiento, que es la suprema inteligencia llamada la mente de Dios.

¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que mantiene a todas las cosas unidas en sus formas y modelos únicos? Es el pensamiento, que es el pegamento cósmico llamado amor. Eso es lo que mantiene unida a toda la materia. Eso es amor en la mayor escala de todas, porque eso es lo que el Padre es. Cada cosa, incluso tu cuerpo, se mantiene unida por el pensamiento, porque cada cosa ha sido ideada a través del pensamiento, el cual es Dios; y es el amor del Padre hacia sí mismo lo que mantiene cada cosa en su sitio.

Estás sustentado por Dios. Lo que permite que todas las estructuras moleculares y celulares de tu cuerpo permanezcan unidas es el amor del gran y magnífico pensamiento que Dios realmente es. Sin el pensamiento, tu cuerpo no existiría, la materia no existiría, nada existiría, porque el pensamiento es el creador y el elemento que sostiene toda la vida.

¿Crees que Dios, el pensamiento que ata y mantiene todas las cosas unidas es una entidad sombría y atemorizante? No lo es. El Padre es felicidad completa, porque él no conoce otra manera de ser. Él es todas las formas de vida vibrando en armonía unas con otras, y eso emite un tono que suena como una gran carcajada. Si escuchas cuidadosamente puedes incluso oír la música del Padre, la risa de Dios. Es la mayor alegría. Yo nunca lo he oído llorar.

Entonces, ¿qué es Dios, la causa de tu precioso ser, la maravillosa fuerza vital que fluye y refluye entre todos vosotros, que nos conecta y nos mantiene a todos unidos, la promesa de una vida posterior y de eternidades que vendrán? Es el Ser que es pensamiento. Es el Ser de la vida siempre continua. Es el Ser que ama todo lo que es. Es el Ser que permite que la vida exista a través del amor. Es el Ser que es total y completa felicidad. Esa es tu herencia y tu destino.


ESTUDIANTE; TÚ has enseñado que Dios es simplemente un estado de Ser. Y usas muchos términos además de la palabra «Dios» para referirte a esta inteligencia y fuerza vital. Pero ¿por qué usas a menudo las palabras «él» y «Padre»? Eso parece perpetuar la noción de que Dios no sólo es una entidad fuera de nosotros, sino además un personaje masculino, y eso puede parecer un poco ofensivo para algunas mujeres.

Ramtha: Para educar a la totalidad de la humanidad uno debe utilizar los diferentes términos que se han usado para describir a Dios. Es decir, uno debe referirse al Ser de manera que todos podamos relacionarnos con ello. Aunque al Ser se lo haya llamado el «Padre», y por lo tanto se lo haya considerado del género masculino, el Padre no es un hombre. Sin embargo, el hombre en su género es el Padre. Pero también lo es la mujer, porque el Padre es ambos, masculino y femenino.
El término «Dios» no tiene sexo. Significa «inteligencia suprema». Todos los que no entienden lo que significa el término «Ser» necesitan conocer la palabra «Padre». Todos los que no entienden «inteligencia suprema» necesitan conocer la palabra «Dios».

Maestro,1 si uno insiste en que Dios es un Padre, esa será su verdad. Si hay mujeres que se sienten ofendidas porque alguien se refiere a Dios en términos masculinos, esa va a ser su verdad. Pero Dios siempre será la percepción de lo que Dios es, y eso siempre será único para cada entidad.

Dios no es una palabra, es un sentimiento que vive dentro de cada uno de nosotros. Y cuanto más ilimitada sea tu percepción de Dios, más grande y más feliz será ese sentimiento, a medida que abarque más esa emoción llamada Dios Todopoderoso.


AL DIOS QUE VIVE DENTRO DE TI.

Cuando amas lo que eres, no hay cosa inconquistable ni inalcanzable. Cuando realmente te amas a ti mismo, vives solamente en la luz de tu propia risa y viajas solamente por el camino de la alegría. 

Cuando estás enamorado de ti mismo, entonces, esa luz, esa fuerza unificada, esa felicidad, esa alegría, ese jubiloso estado de ser, se extiende a toda la humanidad. Cuando el amor abunda dentro de tu maravilloso ser, el mundo, con todos sus desagrados, se convierte en algo hermoso, y la vida se llena de sentido y de alegría.


No hay amor más sublime en la vida que el amor del Yo. No existe amor más grande, pues a partir del abrazo del Yo existe la libertad. Y es en esa libertad donde nace la alegría. Y gracias a ese nacimiento, Dios es visto, conocido y abrazado. 

El amor más profundo, más grande y más significativo es el amor del Yo puro e inocente, la magnífica criatura que se sienta entre las paredes de la carne y que se mueve y contempla, crea, permite y es. 

Y cuando tú ames lo que eres, sin importar cómo seas, entonces conocerás esta magnífica esencia que yo amo, que se halla detrás de todos los rostros y dentro de todas las cosas. Entonces amarás como Dios ama. Así es fácil amar y perdonar. Así es fácil ver a Dios en toda la vida.